Nacemos con el Don natural de amar.
¿En qué lugar de nuestra alma lo escondemos?
Hay quien dice que la mente lo asesinó,
y enterró sus restos en los sueños profundos de la gente.
Lo que la mente no sabe es que el Don nunca llega a morir,
y cuando nos atrevemos a volver a soñar,
nos hacemos grandes,
fuertes y llenos de amor.
7 comentarios:
Hace unos días alguien me preguntó sobre cuál creíamos que era nuestro don, nuestra verdadera fuerza interior, se dijeron muchas virtudes mientras yo esperaba paciente y pensaba cuál era el mío, cuando llegó mi turno sin dudar dije: El amor, creo que lo único que sé dar y hacerlo bien es Amar.
¡Eres muy afortunada malvada bruja del norte!
En algún momento tapamos bajo capas de miedo ese don maravilloso y luego nos pasamos el resto de la vida intentando descubrirlo de nuevo.
Ese es mi camino.
Un beso
Es cierto. Y luego nos pasamos el resto de la vida intentándolo resucitar de nuevo. Muy bella foto.
Un beso
Precioso camino, Añil, no creo que exista otro más lleno de sentido y reconfortante, mil bendiciones y suerte en tu caminar!
Ay indefensión aprendida, intentar resucitarlo es una de las expresiones del amor, es amor en sí. El ser humano es incapaz de no amar, algunos logran engañarse tanto que se creen su mentira, pero es un letargo del que tarde o temprano siempre se sale,amar libera y si nos nos liberáramos no reencarnaríamos, el tiempo que cada cual tarde es lo de menos...No amar es imposible!
Muy buena reflexión.Nos da miedo amar.Estamos en unos momentos díficiles para amar pero ya podemos precibir que el mundo contruído por el Hombre basado sólo en la materia, no funciona.
Un saludo.
Publicar un comentario