Desesperanza.


Por muy buenas que sean tus intenciones,
siempre podrán ser malinterpretadas.
Es como intentar acariciar y ser acusado de golpear.
Ya lo dice el refrán:
"No hay peor ciego, que quien no quiere ver".

1 comentario:

Tracy dijo...

Las malinterpretaciones me fastidían bastante.