Conduce tus pasos allá donde quieras llegar,
que no te importe el cómo, ni el cuándo,
porque el cómo y el cuándo se revelarán ante ti,
en concordancia a un sin fin de maravillosas casualidades,
Ni el miedo, ni la impaciencia, ni la desesperanza,
son más fuertes que la fe,
la fe en ti mismo,
la fe en que mereces todo lo mejor,
la fe en la verdad, que siempre se desnuda,
por más ropas que le pretendan poner...