Asfixiando miedos

Que no me tenga que arrepentir de nada,
que no utilice la indiferencia para sentir paz,
que no me engañen los disfraces de mis miedos,
que la voz de mi razón, no se mezcle con la de mi corazón,
que no me pierda, y si lo hago,
que sepa reconocer el camino a casa,
que se enciendan las luces de mi alma,
que la luz no ciegue mis ojos, por miedo a ver,
ver esos errores que en la oscuridad danzaban,
que tu mano se mantenga tendida, buscando la mía...
aunque te la negara mi estupidez, una y mil veces,
que permanezca tu mano tendida,
quizás es pedir mucho...
aunque nada es demasiado,
si se ama de verdad,
y es que cuando el miedo acecha,
sólo en ti me siento a salvo,
no me cierres tu casa...
quizás será cuando menos lo merezca,
pero sin duda será cuando más lo necesite,
el miedo es como un demonio que nos posee,
y sólo el amor pone cada cosa en su sitio,
sólo el amor es verdad,
lo demás son sucedáneos que intentan imitarlo,
imitación a la que se le exigen los mismos resultados.
Ojalá algún día logre que mi mente aprenda de mi corazón...

En el corazón los miedos se asfixian...
porque se alimentan de la falta de amor...

Pregúntale cómo lo sabe...

Nos protegemos del exterior,
porque pueden dañarnos,
no sólo las personas extrañas,
incluso pueden herirnos las personas que amamos,
con sus palabras, con sus hechos,
con lo que callan y presuponemos nosotros,
rellenando ese silencio...
¡cuánto daño hacen los malentendidos...!
Pero caemos una y otra vez,
y nos seguimos protegiendo del exterior...
¿...Y quién nos protege de nosotros mismos?
Viviendo día tras día en esa cárcel de cristal,
en un escaparate de la vida,
viendo todo, viviendo apenas nada...
Todos hemos tenido mucho miedo a sufrir,
a que nos hagan daño,
hay que empezar por uno mismo,
hay que decirse:
-Gracias por preocuparte por mi,
pero sólo se acierta intentándolo,
quiero correr el riesgo,
sólo espero que si sale mal,
no me martirices con "te lo dije",
sé que no me ayudará nada...

Recuerdo la frase mágica de una gran amiga,
cuando en un momento de mi vida me encontré con dos caminos,
el de seguir adelante,
o dar media vuelta,por miedo a que saliera mal...
Ella me dijo:

-¿Te lo vas a perder?

No es fácil vencer al miedo,
reside en la mente y siempre encontrará un modo de frenarte,
de atar tus alas, de avergonzarte de tus sueños,
de hacerte sentir estúpido ante su gran sabiduría,
sabiduría que no puede demostrar,
pregúntale a tu mente cómo sabe lo que sabe...
...sus respuestas estarán manchadas de miedo...