Aire de purpurina


Tenemos millones de semillas,
y sin darnos cuenta las vamos sembrando.

Unas vuelan directo al corazón,
otras se instalan y necesitan tiempo para florecer,
otras no llegan a germinar jamás,
otras lo hacen y se le atribuyen a otra cosa o persona,
otras se pierden...
...y germinan...
...y florecen...
...y nadie sabe cómo llegó a  ese lugar...

El amor del viento,
la travesura del azar,
la incognita de los mil porqués...

Sólo sé, que así es.

No siempre veremos germinar lo que sembramos,
de hecho, no siempre germina,
pero da igual,
porque lo que de verdad nos hace felices,
es repartirlas,
en forma de purpurina...

Soplas...
...y vuelan!

4 comentarios:

mária dijo...

Yo creo que aunque a veces no lo veamos, siempre terminan germinando, a lo mejor no de la manera que desearíamos...
Besos.

PEDROHUELVA dijo...

dímelo a mi, que mi tiera es arcillosa y mía gua salada.

vendrán otros tiempos o nos adaptaremos.

saludos.

fini dijo...

Muchas de nuestras semillas se pierden por el camino. No brotan, crecen y florecen (o al menos, nosotros no lo apreciamos). Sin embargo, siempre lo hacen y aparece alguien que hace germinar esa semilla. Aunque no lo veamos, hemos sembrado para alguien. Igual que muchos sembrarán para nosotros.

le8al dijo...

Asi es Fini...o por lo menos asi también lo creo yo. Gracias.