Bienaventurados






Bienaventurados los que escuchen a su corazón,


los que siembren sus semillas,


los que compartan sus cosechas,


Bienaventurados los que controlen sus hambres,


los que midan sus palabras,


los cautos que prefieran comprender antes que emitir un juicio,


los que ayudan a potenciar lo bueno que hay en las personas,


los que alientan,y consuelan,


los que predican con su ejemplo,


los que nos enriquecen con sus palabras,


los que nos desean lo mejor,


los que nos perdonan y a quienes perdonamos,


Bienaventurados los que corrigen su dañina conducta,


hacía sí mismos,que en definitiva es también hacia los demás.


Bienaventurados los que otorgan armonía en este dañado mundo,


que sabiéndose gotas de agua,no desisten y empiezan una mejora,


desde sus modestas posibilidades.


Bienaventurados somos todos que procedemos y vamos hacia el mismo lugar.


Tenemos las mismas posibilidades de ser felices que de ser infelices,


las mismas de hablar o callar,


hacer o pensar,


mirar o intervenir,


y desde esa maravillosa libertad,


nadie es mejor ni peor,


sólo cada cual sabe de su tormento o su fragilidad,


todos somos piezas indispensables del gran puzzle,


que es la humanidad.


Maravilloso paisaje formamos,cada cual con su luz,


diferente a la par que similar.


No es contradicción,es complejidad.

1 comentario:

Lidia M. Domes dijo...

Es muy, muy bello este deseo de bonaventuranza...

Lo tomo y lo guardo en mi corazón!!!

Cariños,

Lidia