La verdad y la certeza entrando en nuestras vidas


No siempre la vemos, de hecho, no siempre la queremos ver, aunque digamos que sí,
hay algo en el "no saber", que endulza nuestros sentidos...

Siempre elegí ver, siempre elegí saber, a veces duele, a veces da fuerzas,
a veces quisieras no haber sabido...

Las corazonadas, aunque son una bendición, a veces se rebelan de forma punzante,
con una convicción que te impide dar un paso atrás.
Para mí, siempre fueron un regalo, muchas veces de tardía comprensión.
Pero como piezas de un maravilloso puzzle, todo acababa encajando de una manera mágica,
haciéndome sentir que nunca estoy sola bajo el cielo, que hay quién se ocupa de mi,
aunque no sienta una mano, aunque no escuche unas palabras de alivio,
en cierto modo, me he sentido arropada, a lo largo de mi vida, de una forma especial.
Esto no significa que nunca me haya sentido sola, esa soledad que anhela consuelo, cariño, amor,
es inevitable que te roce y alimente la tristeza que todo ser humano conoce, derivado de los
miedos, de las dudas, del dolor...
La cuestión es que no te atrape, que de un soplido pueda marcharse, que entre luz en la oscuridad, para ver, lo que de verdad importa, los cambios que se está produciendo, la certeza de que todo va a ir mejor, la sensación de que estás creciendo, en amor, en experiencia, en sobrellevar mejor el dolor...y caen las máscaras, las tuyas, las de las personas de tu alrededor,
y te sorprendes...de lo que eres capaz de soportar...
Siempre pasan los malos momentos...
Siempre la luz trae consigo un maravilloso día que disfrutar...
La luz entra en mi vida bañandolo todo. Ojalá os pase a todos igual.
Mis rayitos de luz empiezan por la misma letra. La inicial del amor.
Son mis estrellitas, y les quiero muchísimo.

2 comentarios:

Las musas del silencio dijo...

Bonito texto y bonitas flores. Besos

Las musas del silencio dijo...

Flores, flores flores.... quería decir fotos. Ahí quedan esas flores... no se que querrá decirme este desliz.